En honor del 75 aniversario de Israel, Israel365 se complace en lanzar una nueva serie de ensayos que desvelarán los secretos de la Biblia hebrea.
Extraído del próximo libro del rabino Akiva Gersh, 75 palabras hebreas que necesitas para entender la Bibliaestos ensayos iluminan la conexión entre palabras hebreas relacionadas, revelando secretos bíblicos sólo accesibles a través del hebreo.
Disfruta de la serie – ¡y feliz 75 cumpleaños al Estado de Israel!
רַחֲמִים
RACHAMIM
RA-CHA-MEEM
MISERICORDIA
טוב יהוה לכל ורחמיו על כל מעשיו.
כה אמר יהוה צבאות לאמר משפט אמת שפטו וחסד ורחמים עשו איש את אחיו.
En la oración judía tradicional, a menudo se hace referencia a Dios como Av HaRachaman, «Padre de la Misericordia», pues la misericordia es uno de Sus atributos más centrales. Tras el terrible pecado del becerro de oro, Moisés regresó al monte Sinaí y suplicó a Dios que perdonara a Su pueblo. Después de que sus plegarias fueran aceptadas, Moisés aprovechó este momento oportuno y pidió a Dios que proporcionara al pueblo de Israel una forma de acceder a Su misericordia en caso de que volvieran a caer en pecado en el futuro. Dios respondió compartiendo el secreto de los 13 Atributos de la Misericordia (Éxodo 34:6-7). Los judíos recitan estos 13 Atributos en los momentos más sagrados del año y constituyen la base de las oraciones sagradas que se recitan en Yom Kippur, el Día de la Expiación.
El Talmud afirma que quien no es misericordioso no se considera parte de la nación israelita, pues la misericordia forma parte del «ADN espiritual» de la nación elegida. Sólo un pueblo misericordioso puede ser el mensajero que lleve la palabra de Dios a la humanidad. «Guarda los mandamientos de Hashem, tu Dios, y anda por Sus caminos» (Deuteronomio 28:9). Los sabios explican que se nos ordena emular a Dios en nuestras vidas: «Igual que Dios es misericordioso, así debéis ser vosotros».
Recem, la palabra hebrea que significa «útero», está relacionada lingüísticamente con rajamim. Un feto en el útero recibe todo lo que necesita para crecer y prepararse para la vida en el mundo exterior. La madre del bebé se entrega constantemente por el bien de la vida que lleva dentro, haciendo del útero un lugar de amor y misericordia incesantes.