Correas del Alma: Uniendo Corazón y Mente

enero 18, 2024
An IDF soldier prays near his tank (Shutterstock.com)

En nuestro vertiginoso mundo moderno, donde el diluvio de información y la constante demanda de productividad pueden llevar a menudo a una desconexión entre el pensamiento y la acción, el antiguo ritual judío de ponerse las filacterias, o tefilín, ofrece una visión profunda de la vida equilibrada que todos debemos llevar. El rabino Ephraim Mirvis, Gran Rabino de las Congregaciones Hebreas Unidas de la Commonwealth, explica cómo la relevancia de esta práctica trasciende las fronteras del tiempo, hablando directamente al núcleo de nuestras luchas y aspiraciones contemporáneas.

En el corazón de esta práctica hay dos componentes separados pero interconectados: los tefilín shel yad, las filacterias que se llevan en el brazo, y los tefilín shel rosh, las filacterias que se colocan en la cabeza. No son meros objetos rituales, sino símbolos cargados de un profundo significado. El tefilín shel yad, envuelto en el brazo, significa el reino de la acción, reflejando la naturaleza dinámica y activa de nuestros actos. En cambio, el tefilín shel rosh, que descansa sobre la cabeza, sede del intelecto y la razón, simboliza el reino del pensamiento y la intención.

El rabino Mirvis explica que llevar filacterias tanto en el brazo como en la cabeza al mismo tiempo es una convergencia simbólica de pensamiento y acción. Esta convergencia nos insta no sólo a concebir ideas elevadas e intenciones nobles, sino también a fundamentarlas en la realidad de acciones tangibles. Nos implora que no seamos sólo pensadores, sino hacedores, que no nos limitemos a soñar, sino que también logremos. En un mundo en el que los pensamientos y los planes a menudo se pierden en el abismo de la dilación o quedan ahogados por el ruido de las distracciones interminables, el tefilín shel yad es un testimonio del poder de hacer, de transformar el pensamiento en realidad.

A la inversa, el tefilín shel rosh, colocado en la cabeza, el centro de mando de la razón y el intelecto, sirve como faro de pensamiento e intención. En una época en la que las acciones suelen ser impulsivas y las reacciones instantáneas, eltefilín shel rosh nos insta a hacer una pausa, pensar y elaborar estrategias. Es una llamada a infundir a nuestros actos dirección y propósito, asegurando que nuestras acciones no sean meramente reflexivas, sino reflexivas.

Además, las filacterias del brazo se sitúan frente al corazón, sede de las emociones. El ritual diario de ponerse las filacterias sirve de recordatorio constante de la necesidad de equilibrio entre el corazón y la mente, la emoción y la lógica. Los tefilín nos incitan a relacionarnos con el mundo y con los demás no sólo con la fría precisión de la lógica, sino también con la calidez y la empatía de nuestras emociones. Sin embargo, también advierten contra el reinado descontrolado de las emociones. Nos recuerdan que la verdadera sabiduría reside en aprovechar el poder de nuestra mente para guiar las pasiones de nuestro corazón, asegurándonos de que nuestras emociones enriquecen nuestra razón, en lugar de dominarla. Este equilibrio garantiza que nuestras emociones mejoren nuestras decisiones, en lugar de distorsionarlas.

La relevancia de los tefilín en la época contemporánea es tan significativa como siempre. La práctica de ponerse las filacterias a diario ofrece un camino hacia la integridad y el equilibrio. Al envolvernos los brazos con el tefilín shel yad y colocarnos el tefilín shel rosh en la cabeza, nos recordamos a nosotros mismos la importancia de la integración armoniosa del pensamiento y la acción, la emoción y la razón. Nos incita a alinear nuestras acciones con nuestros pensamientos y a armonizar nuestras emociones con nuestra lógica. Hacerlo nos permitirá navegar por las complejidades de la vida con gracia y sabiduría, y nos conducirá no sólo a la realización personal, sino también a un mundo más compasivo, comprensivo y productivo.

Shira Schechter

Shira Schechter is the content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. She earned master’s degrees in both Jewish Education and Bible from Yeshiva University. She taught the Hebrew Bible at a high school in New Jersey for eight years before making Aliyah with her family in 2013. Shira joined the Israel365 staff shortly after moving to Israel and contributed significantly to the development and publication of The Israel Bible.

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