Padre nuestro, Rey nuestro

octubre 12, 2024
Father and son on the Mediterranean shore at sunset (Shutterstock.com)

Un año, durante las Altas Fiestas, un joven recién iniciado en la observancia religiosa tuvo dificultades para seguir el ritmo de las oraciones en la sinagoga. Como su hebreo aún era inestable, decidió ahorrar tiempo saltándose la frase inicial de cada línea de Avinu Malkeinu (Padre nuestro, rey nuestro), una de las oraciones más importantes de la temporada. Esta oración, una serie de 44 peticiones, comienza cada línea con las palabras Avinu Malkeinu, «Padre nuestro, Rey nuestro», seguidas de súplicas de curación, sustento, perdón y paz. Mientras la congregación recitaba fervientemente la oración, él sólo susurraba las peticiones, creyendo que eran la esencia de la oración. Pero más tarde llegó a una profunda conclusión: el verdadero poder de Avinu Malkeinu no se encuentra en las peticiones en sí, sino en las palabras que había estado omitiendo.

¿Cuál es el significado de estas dos palabras hebreas?

La oración «Padre nuestro, rey nuestro» se remonta a una famosa historia del Talmud. Durante una grave sequía en el antiguo Israel, el rabino Elazar dirigió a la comunidad en oración, recitando 24 bendiciones para que lloviera, pero el cielo seguía seco. Entonces, Rabí Akiva se adelantó con una súplica mucho más sencilla: «¡Padre nuestro, Rey nuestro! ¡No tenemos a nadie más que a Ti! ¡Padre nuestro, Rey nuestro! Por Ti, ten piedad de nosotros». Inmediatamente, empezó a llover. ¿Por qué la oración breve y directa de Rabí Akiva tuvo éxito donde no lo tuvieron las largas oraciones de Rabí Elazar?

La respuesta está en el profundo significado de la frase «Padre nuestro, rey nuestro». A primera vista, las palabras parecen sencillas, pero encierran la naturaleza dual de nuestra relación con Dios, una dualidad que resuena a lo largo de las Altas Fiestas. Dios es a la vez un padre amoroso, como se describe en el Salmo 103:13:

y un gobernante soberano, como se afirma en Isaías 33:22:

Como padre, nos muestra compasión y misericordia, guiándonos y perdonando nuestras transgresiones. Como rey, ejerce autoridad y poder, estableciendo justicia y fijando expectativas, al tiempo que tiene la capacidad de satisfacer nuestras necesidades más profundas y conceder nuestras peticiones. Este equilibrio entre los papeles de Dios como Padre y como Rey es el núcleo de la oración.

Al invocar a Dios como «Padre» y como «Rey», Rabí Akiva reconoció y aprovechó estos dos aspectos fundamentales de nuestra relación con la Divinidad. Esta doble invocación confiere a la plegaria su profundidad emocional y espiritual, transformando cada petición en algo más que una simple petición, sino también en una declaración de fe, confianza y amor.

Durante las Altas Fiestas, esta dualidad se siente profundamente. Al presentarnos ante Dios, experimentamos una mezcla de esperanza y ansiedad. Somos conscientes de que se sopesan nuestras acciones y de que nuestro destino para el año venidero pende de un hilo. Sin embargo, también nos tranquiliza saber que Aquel que nos juzga no es un gobernante distante, sino un Padre amoroso que comprende nuestras luchas, busca nuestro bien final y también tiene el poder de acceder a nuestras peticiones y cambiar nuestro destino.

Al repetir Avinu Malkeinu a lo largo de las Altas Fiestas, especialmente en los momentos finales de Yom Kippur (Día de la Expiación), se nos recuerda esta doble perspectiva. Cuando las puertas del cielo empiezan a cerrarse, estamos ante un Juez que también es nuestro Padre, y sabemos que la oportunidad de la misericordia sigue estando a nuestro alcance. Cada repetición de «Padre nuestro, Rey nuestro» sirve para reforzar la idea de que, aunque somos responsables de nuestros actos, seguimos abrazados por el amor y la compasión divinos.

Para el joven de la sinagoga, darse cuenta de que «Padre nuestro, Rey nuestro» era el corazón de la oración transformó su vida espiritual. Le recordó que no somos meros peticionarios ante un soberano lejano; somos hijos que se dirigen a un padre amoroso que también reina sobre el mundo. Al recitar Avinu Malkeinu, hagámoslo conscientes de la doble relación que invocamos: apelar tanto a un Rey que detenta el poder como a un Padre que ama.

Que todos seamos inscritos y sellados para un año de bondad, paz y bendiciones.

La Oración «Padre Nuestro, Rey Nuestro» es una de las muchas oraciones hebreas que se pueden encontrar en nuestro nuevo libro de oraciones, Stand By Me Volumen II: Oraciones Diarias, Sabáticas y Festivas. Este volumen ofrece una cuidada colección de oraciones para uso diario, festivo y del Sabbat, que guían a los creyentes hacia el crecimiento personal y la alineación espiritual todos los días del año. Eleva tu práctica espiritual con esta guía esencial y experimenta una conexión más profunda y sincera con el Todopoderoso.

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Shira Schechter

Shira Schechter is the content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. She earned master’s degrees in both Jewish Education and Bible from Yeshiva University. She taught the Hebrew Bible at a high school in New Jersey for eight years before making Aliyah with her family in 2013. Shira joined the Israel365 staff shortly after moving to Israel and contributed significantly to the development and publication of The Israel Bible.

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