Una noche de milagros

abril 14, 2024
Israel's Iron Dome (Shutterstock.com)

Anoche se produjo aquí en Israel un acontecimiento que sólo puede calificarse de milagroso. Irán lanzó más de 300 drones y misiles dirigidos contra Israel, pero, sorprendentemente, el 99% fueron interceptados y destruidos antes de alcanzar sus objetivos. La mayoría de ellos fueron neutralizados incluso antes de entrar en el espacio aéreo israelí. Aunque muchos de nosotros nos vimos obligados a correr a refugios antiaéreos en mitad de la noche, sólo se registraron heridos leves: una niña de siete años resultó herida leve por metralla y una base militar israelí sufrió daños mínimos. Este resultado es poco menos que milagroso.

En momentos así, nuestros pensamientos se vuelven reflexivamente hacia la gratitud. El Salmo 100, un capítulo de alabanza y acción de gracias, resuena profundamente con nuestras emociones actuales. Históricamente, este salmo acompañaba al korban todah, un sacrificio de acción de gracias ofrecido para expresar gratitud a Dios por la liberación de un peligro, como una enfermedad grave o un viaje peligroso. La salvación que experimentamos anoche nos obliga a recitar este salmo de agradecimiento.

El korban todah, el sacrificio de Acción de Gracias, iba acompañado de 40 hogazas de pan, que debían consumirse en un día y una noche. La gran cantidad de comida y el poco tiempo concedido para comerla obligaban a compartirla con los demás. Esto subraya una lección crucial: nuestra gratitud no debe ser un asunto privado. Cuando experimentamos una intervención divina, es nuestro deber compartir nuestra alegría y agradecimiento con los demás. El versículo inicial del Salmo 100 nos exhorta a «Aclamad a Yahveh, toda la tierra». Es una llamada a difundir los milagros de Dios por todas partes, animando a la comunidad mundial a unirse en el reconocimiento y la alabanza.

Una intuición homilética más profunda conecta el Salmo 100 con la narración bíblica de Sara. La Biblia nos dice que, cuando murió, Sara tenía «cien años, veinte años y siete años» (Génesis 23:1). Los sabios interpretan esto en el sentido de que, en cada etapa de su vida, Sara conservó las virtudes de los años anteriores: su belleza y pureza de juventud persistieron hasta su madurez. Homiléticamente, se dice que Sará recitaba el Salmo 100 con la misma pasión e intención con que recitaba el Salmo 20, un salmo de súplica. Sara nos enseña que nuestra gratitud debe ser tan ferviente como nuestras súplicas de ayuda.

Al reflexionar sobre la casi calamidad de anoche y el escudo providencial que protegió a Israel, sólo podemos expresar un profundo agradecimiento a Dios. Invoquemos el Salmo 100 con la misma intensidad y devoción que lo hicimos en nuestras oraciones cuando nos enteramos del peligro inminente. El mundo entero fue testigo de un milagro anoche; asegurémonos de que también oigan nuestras voces elevadas en acción de gracias y alabanza.

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Shira Schechter

Shira Schechter is the content editor for TheIsraelBible.com and Israel365 Publications. She earned master’s degrees in both Jewish Education and Bible from Yeshiva University. She taught the Hebrew Bible at a high school in New Jersey for eight years before making Aliyah with her family in 2013. Shira joined the Israel365 staff shortly after moving to Israel and contributed significantly to the development and publication of The Israel Bible.

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