El encanto intemporal de Jerusalén

Por: Rabbi Avraham Norin
febrero 9, 2023
The Western Wall in the Old City of Jerusalem (Shutterstock.com)

El Centro Ariel es un pequeño museo, escondido entre las sinuosas callejuelas de la Ciudad Vieja de Jerusalén. De todos los increíbles museos que ofrece Jerusalén, éste ocupa un lugar especial en mi corazón. El museo se centra en el periodo del Primer Templo, la época en que tuvo lugar la mayor parte de la Biblia hebrea. Los amables conservadores del museo te guían por él, mostrándote objetos descubiertos en arqueología que se corresponden con pasajes del Tanaj (Biblia hebrea). La visita culmina con una impresionante maqueta de Jerusalén del periodo del Primer Templo y una película sobre un artista que se esfuerza por dibujar una imagen de Jerusalén. La película concluye con (¡alerta de spoiler!) la comprensión del artista de que no es capaz de plasmar toda la magnitud de Jerusalén en un caballete.

Del mismo modo, el Salmo 48 intenta describir la grandeza de Jerusalén. Al igual que el artista de la película, el escritor del salmo se da cuenta de que es incapaz de captar plenamente la magnificencia de la ciudad con una sola descripción. Por eso, el salmo se divide en dos secciones, cada una de las cuales se centra en un aspecto distinto de la ciudad. Cada descripción tiene exactamente cincuenta y tres palabras, lo que demuestra la misma importancia de cada sección.

¿Cuáles son las dos secciones del salmo y en qué aspectos se centra cada una?

La primera sección del salmo destaca a Jerusalén desde la perspectiva de otras naciones. Para ellas, la ciudad representa la santidad de Dios e inspira alabanzas. Su belleza es digna de un rey, sus altas murallas simbolizan la protección de Dios y su vista hace temblar de temor a los reyes mortales. Estos reyes reconocen la veracidad de los informes que han oído sobre Jerusalén y confirman que la han visto con sus propios ojos, declarando que es la ciudad del Dios que todo lo gobierna.

La segunda sección del salmo se centra en la visión que la nación de Israel tiene de la ciudad. La sección comienza con una oración del pueblo de Israel, pidiendo que Jerusalén muestre para siempre el amor y el afecto de Dios hacia su pueblo. Se representa al pueblo dentro de la ciudad, admirando sus murallas, contando sus torres y explorando sus palacios. El salmo ensalza los atributos divinos de bondad, rectitud y justicia encarnados en la ciudad. Concluye con un imperativo al pueblo de Israel para que mantenga su conexión con la ciudad, lo que permitirá a las generaciones futuras comprender el vínculo único que el pueblo judío tiene con Jerusalén.

El Salmo 48 ha resistido las arenas del tiempo. A lo largo de los siglos, el concepto de Jerusalén ha inspirado al mundo entero. En cuanto al pueblo judío, nuestra amorosa conexión con Jerusalén nunca ha flaqueado. Miramos a Jerusalén en la oración, recordamos a Jerusalén en ocasiones alegres, lloramos por Jerusalén y esperamos el retorno de su gloria.

Quizá por eso me gusta tanto el Centro Ariel. Transmite el mensaje de que Jerusalén es nuestro hogar. Y es estupendo volver a estar en casa.

Rabbi Avraham Norin

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